miércoles, 14 de enero de 2009

Cerré el libro, el final era tan inesperado que no podía ser tan perfecto.
Con aquellas últimas frases en la cabeza, decidí adentrarme en la habitación, allí estabas tú.
Sigilosamente me adentré entre tus brazos, sin hacer más ruido que el de mi corazón nervioso.

- Cuentame algo
-¿Qué quieres que te cuente?
-Cualquier cosa...tus deseos, inquietudes, miedos. Aquello que detestas, amas o admiras. Solamente encaja palabras en tu hilo de voz.
- Odio las noches solitarias de Abril
- Y yo odio dormir sin tu respiración en mi nuca

Cerrando lentamente mis ojos, pude dibujar el final del libro, me imaginaba Tokio en penunbra, personas dispersas, con prisa, sin pausa, y en medio tú. Llamándome sin saber donde estabas, pero llamándome a mí.

-Quiero hablar contigo, tengo muchas cosas que contarte. Eres lo único que deseo de este mundo. Necesito verte. Quiero empezar una nueva vida a tu lado.

Enmudecida quise correr a abrazarte, pero no te hallé.

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