domingo, 9 de diciembre de 2012

domingo, 25 de noviembre de 2012

Naci un día a principios de abril. No sé si demasiado pronto o demasiado tarde para no entender esta vida.
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domingo, 4 de noviembre de 2012

Acaba de despertarme una gota de lluvia.
Alguna grieta, del techo, ha dejado que desaparezca de mi propio sueño.
Ahora que la miro, que la contemplo, que me doy cuenta de su existencia sé que siempre estvo ahí y que todas las noches que pensaba que en mi sueños nos besábamos bajo el agua es que en realidad lo hacíamos en mi cama.
Pero ahora ya no estas tú y esa gota me recuerda a ti. Ya no hay besos en la cama, ni bajo el agua, ya no hay sueños, sólo grietas.

martes, 9 de octubre de 2012

He llegado al momento en el que esto me importa.
Todo se va a la mierda y estoy en el epicentro.
Hay que comenzar a decidir las cosas que salvamos de este colapso.

domingo, 30 de septiembre de 2012

Será que ya no puedo más.
Que ha llegado el momento de pegarme un disparo de sentimientos sobre mi mente escurridiza.
Echaré por ese agujero mil y una ideas que no sirven de nada e intentaré taponer alguna por si vuelves a creer en mi.

domingo, 9 de septiembre de 2012

No sé que nos puede quedar entre las manos, cuando tú, ni tan siquiera me miras.
Cuando podría crear un mundo en el medio de estas dos palmas sudorosa y frías.
He creído que podría reiniciar, reconstruir, volver al origen de todo. Pero no, es irremediable, es triste reconocerlo y mucho más no poder ponerle remedio.
Por tanto mis manos estás vacías, pero siguen sudorosas y frías, más que antes, más que cuando me dabas la mano y no te importaba. No me queda más remedio que juntar los puños y golpear fuertemente mi corazón por si obtengo más vida, más respiración.

lunes, 6 de agosto de 2012

Sin duda el momento es terrible.
La situación impredecible.

Unas necesidades que tú las convertías en mimos.
Unos antojos que tú los convertías en vicios.

Sin duda el momento era preciso.
La situación impuesta.

Una lucha que tú la convertías en contínua.
Unas dudas que tú las convertías en males.

Sin duda el momento era necesario.
La situación injusta

lunes, 30 de julio de 2012

Quería que me volviese a mirar.
Que me llamase por mi nombre.
Que me susurrase en la barriga.

Quería que me volviese a tocar.
Que me hiciera el amor.
Que me lamiese la espalda.

Quería que me volvise a besar.
Que me absorviese las lágrimas.
Que me hiciera reir.

lunes, 16 de julio de 2012

A veces es sólo intentarlo.
Otras es dejarse llevar.
Todas empiezan con un botón de reinicio.

lunes, 9 de julio de 2012

En ocasiones las lágrimas duelen.
Afloran como cuchillas. Rajan hasta que la sangre inunda tus pensamientos.
Pequeñas rajas, que sabes que se cierra, que parece que nunca estuvieron ahí, pero están.
Se abren, se cierran, duelen, se curar y vuelven a sangrar cuando uno menos se lo espera.
A veces tienen nombre, a veces son únicamente una necesidad.
Yo suelo saber en que momento afloran, las estoy esperando, limpio la zona y siemplemente me quedo en silencio. Son puntuales. Sólo es cuestión de conocerse.

jueves, 28 de junio de 2012

Puede que el agua sobre mi cuerpo intente dejar señales.
No creo que duelan, pero sí que hay sangre. De la que se derrama y llena sentimientos.
Tal vez el agua, en pequeñas gotas trace un camino.
No creo que llegue a ninguna parte, pero si que hay ganas. De las que permiten amar.
Sin embargo toda se evapora, desaparece sobre mi vientre.
No creo que tu paso por mi sea lo mismo, pero si que has sido necesidad. De la que alimenta mis entrañas.

domingo, 10 de junio de 2012

Me digiste transparencia. Honestidad. Verdad.
En cuanto le diste la mano a ella yo sentí. Mentira. Crueldad. Falsedad.
A mí me  hiciste el amor entre el sol de la ventana y las sombras de tus dedos.
Yo era aquella a la que digiste que podrías crear vida entre sus pechos.
La que te lamí y acariciaba. A la que penetrabas hasta la saciedad.
Cuando la besaste frente a mí supe que no eran más que palabras. Que un nuevo fantasma tenía nombre y apellidos y se colgaría de mi por un tiempo. Hasta que un nuevo sol despertase entre esa ventana y me volviera a penetrar. Pero esta vez de verdad.

martes, 15 de mayo de 2012

Estaban en el salón. Apunto de marcharse para salir.
Él obrservándola sin hablar, mientras ella se arreglaba.

Él la preguntó- ¿Cuánto queda para marcharnos?
Cinco Minutos-estimó ella. Y con delicadeza enseñó los cinco dedos de su mano.

Más tarde, cuando volvieron se quedaron dormidos en el salón.
Nunca supieron cómo, pero tiempo después todo acabó.

Entonces, ella le preguntó - ¿Cuánto crees que aguantaremos sin olvidarlo?
Él recordó la escena de aquella tarde y abriendo bien su mano enseñó sus cinco dedos. y determinó - Tan sólo cinco minutos.


Versión de 'Cinco Minutos'- Mirafiori

domingo, 6 de mayo de 2012

Puede que esto dure un minuto.
Que el sentimiento se quedé instalado en mi cuerpo durante milésimas de segundo.
Pero es suspiro que desprenderé de mi boca será recordado durante años.

Realmente no es más que suspiros y bocanadas.
Solamente son vibraciones y ajetreos.
Puede que tal vez un te quiero entre ellos.

Y el tiempo se ha parado, al igual que mi respiración.
Mis ojos se han quedado en blanco al igual que mi mente.
El suspiro, unido al te quiero, ha salido por mi boca y lo he sentido.

Realmente es un minuto.
Solamente un instante fugaz.
Puede que que el te quiero dure más.

miércoles, 25 de abril de 2012

Volver a escuchar el mismo disco con la misma postura que aquella noche.
Hay momento en los que parece que la vida no pasa y que uno vuelve a preguntarse aquellas cosas y aquellos por qués que tantas noches de insomnio crearon.

domingo, 22 de abril de 2012

La necesidad de gritar es la suma de mi capacidad para frenar mis impulsos y la falta de energía para frenar mis lágrimas.

lunes, 9 de abril de 2012

Un año más ha pasado, ha sucedido, se ha sentido.
Puede que el resto no os hayáis dado cuenta. Puede que para vosotros no sea relevante.
En mi pequeño mundo, ese por el cual subsisto, respiro y siento, el temblor se notó.

Puede que no sea de hacer balances, de contar cuantas veces he sabido cruzar la calle con el semáforo en rojo, otras tantas veces que he dicho gracias sin esperar respuesta o carcajadas he emitido por encima del promedio normal.

Tal vez, este año me haya cambiado, me haya puesto en otro sito, en otro contexto y con nueva gente. No sé si el próximo estará la misma gente o cada vez menos o incluso no esté yo. Pero supongo que todo es cuestión de probar, de saborear, de vomitar un poco de lo que no nos gusta, de lo que nos hace daño para dejar entrar a lo que nos sienta bien o lo que creemos que nos debería sentar bien en un futuro cercano.

Puede que haya repetido muchas veces la misma palabra, la misma falta ortográfica, la misma sensación. Me gusta la repetición, me gusta gustar.

Hoy.
Mañana.
Tal vez.
Puede.
Debería poder.

domingo, 25 de marzo de 2012

Tenía ganas de decírtelo.
Sabía perfectamente la música que sonaría, la luz que habría y el olor.
En mi mente estaba toda esa imagen y me imaginaba tu respuesta.
En mi pecho retumbaban las palabras, unas detrás de otras, hasta doler.
No iba a ser un discurso,ni un cliché. Iba a exhalar, a tomar aire y simplemente lo pronunciaría.
Podría haber pasado que el miedo me hiciese trabarme, que sudase, mi corazón se pusiese a palpitar muy rápido y mis manos temblasen, pero nunca la idea fue tan clara.

Al final no sucedió, no te lo dije y tú no lo escuchaste.
Pero tenía ganas de decírtelo.

viernes, 9 de marzo de 2012

Cuatro es mi numero favorito.
Cuatro las noches que mi cama huele a ti.
Cuatro las piernas, cuatro los brazos que se lian debajo de las sábanas.
Cuatro, la hora en la que por la noche me despierto para atestiguar que sigues ahí.
Cuatro es la línea de metro en la que nos despedimos.
Cuatro los orgasmos seguidos.
Cuatro la suma de nuestros cumpleaños.
Cuatro los años que nos separan.
Cuatro la hora en la que nos acostamos ese día.
Cuatro la suma del número de mi calle y de mi piso donde te espero tras el ascensor.
Cuatro las veces que nos cruzamos antes del primer beso.
Cuatro las ocasiones que he visto tus conciertos.
y cuatro son los meses.

domingo, 26 de febrero de 2012

Regalo para M

El ascensor abriéndose.
Tu belleza con barba y sin barba.
El calor desprendiéndose de tu cuerpo.
Cómo cuentas los detalles de las películas y canciones que te gustan.
El olor en tu pijama cuando no duermes conmigo.
La forma en que me picas
Tus preciosas manotas.
La forma en que me agarras por la cintura.
Los besos de película a la hora de despedirnos.
Espirales que aparecen después de todo este tiempo.
Follar contigo y todos los verbos que consistan en hacer cosas juntos.
Lasaña, arroz, filmoteca, conciertos y fotos.
Perder el tiempo, ganar en sentimientos.
Gorro de oso, gorro rojo, vestidos de flores y pantalones de pana.
Ronquidos, gemidos, sonidos de muelles, carcajadas y lloriqueo.
Pelo corto, pelo largo, pelos en el abrigo.
La facilidad con la que sale todo, las dificultades que dejamos atrás.
Todo lo que nos queda por hacer. Todo lo que hemos creado.




Hay lágrimas.
Puede que demasiado sentimientos en este pecho desnudo.
Posiblemente la ansiedad se haya apoderado de la parte izquierda de ese pecho, mientras que mi parte derecha busca una solución.

Hay lágrimas.
Puede que amor en este vientre semidesnudo.
Posiblemente el amor se haya instalado en mis entrañas, dejando un hueco a los golpes bajos y los malos entendimientos.

Hay lágrimas.
Puede que sexo en esta vagina entre sábanas.
Posiblemente la pasión se haya atado, de pies y manos, en estos labios deseosos de rozarte, dejando un hueco a la falta de sentimientos.


lunes, 13 de febrero de 2012

Sentir así.
Amar así.
Comprender así.
Juzgar así.
Dudar así.
Llorar así.
Reir así.
Comprender mientras tú te desplazas hacia mi costilla más dédil, hacía el punto estratégico en el que el golpe es mucho más doloroso. No creo que lo evite, no creo que me aparte ni un milímetro de ese impacto. Es tuyo, y como tuyo lo tomo, como tomé el amor en su momento, como vino, directo, sin sospechas.Sin reclamos.

Hablar así.
Entender así
Querer así
Atacar así.
Crecer así.
Creer que tu estabas junto a la ventana, recogiendo la luz, recogiendo todo ese resplandor para crearme un momento de vitalidad, un vestido de domingo de sol, una energía que acompañar a este esfuerzo que fue crear una historia. Un inico y un final, más eternidad que para siempre, más profunidad que espacio.


Gozar así.
Follar así.
Pegar así.
Rasgar así.
Culpar así.
Morir así.
Entender que tras el final puede que no haya nada, ni una pizca de sensaicones, que todo esté vendido, que yo fui comprada para saciarte, para llenarte de caprichos, para llenarme tú  amí con ese líquido viperino. Lo bebí, lo saboreé y abusé como tú hiciste conmigo.

Mentir así.
Dormir así.
Terminar así.





domingo, 12 de febrero de 2012


El laberinto de sensaciones que has creado, se traduce en tres ideas básicas.
Tres ideas que me atormentan cada madrugada, que no me dejan descifrar mi propia mente.
Mientras tanto intento aparentar que todo va bien, que todo sigue su curso.

Me obligas a que sea mi propio enemigo, me presionas a que busque las formas de acabar con mi propia libertad, con mi propia felicidad. Ser una sonrisa muda, una duda en progreso, un alma hueca.

Todo se acumula dentro de mí, pretende salir, pretende jugármela en cuanto se apaguen las luces.


viernes, 3 de febrero de 2012

La sensación de que estás aquí en la cama, cuando en realidad mi sentido del olfato engaña a mis sentmientos. En realidad es tu pijama, impregnado de ti, de ese olor que tanto me gusta.
Y no me queda otra cosa que acercarlo a mí y disfrutar de esa esencia.
De autoengañarme.

domingo, 29 de enero de 2012

Creo en ello.
En eso que llaman el destino.
El momento, el lugar, la hora, las palabras exactas.
Creo en ello sin miedos, sin complicaciones, sin barreras.
Tú estabas ahí, volteaste la mirada y justo yo pasé.
Es mi religión, es mi creencia, es mi forma de ver las cosas.
Nada más allá de la realidad, hay sospresas, hay datos equivocados, hay problemas.
Pero es eso, solamente eso, el momento. El instante en el que nos vimos.
Creo en ello pese a todo, a pesar de que puede que tú no lo hagas.
Pero las creencias son así, sólo hace falta que uno, sólo uno, crea en ello.
Y sucede.

sábado, 21 de enero de 2012

Tu mano bajando por mi vientre es una imagen que tengo grabada en mi mente

lunes, 16 de enero de 2012

En estos días en los que la lluvia crea un vacío dentro de mí. En los que mojarme los pies me ha hace sentir una sensación rara. Una sensación que ni yo misma puedo explicar, algo que se cuela dentro de mí y me crea un agujero existencial. Un agujero que ni yo misma se rellenar, que no sé dónde empieza y cúando va a terminar.

lunes, 9 de enero de 2012

Yo odio que lo odien

Darlo todo por si algún día no queda nada.

No sé pronunciar los te quieros desde que no riman con tu amor.


lunes, 2 de enero de 2012

Espero curarme de ti en unos días. Debo dejar de fumarte, de beberte, de pensarte. Es posible. Siguiendo las prescripciones de la moral en turno. Me receto tiempo, abstinencia, soledad.
¿Te parece bien que te quiera nada más una semana? No es mucho, ni es poco, es bastante. En una semana se puede reunir todas las palabras de amor que se han pronunciado sobre la tierra y se les puede prender fuego. Te voy a calentar con esa hoguera del amor quemado. Y también el silencio. Porque las mejores palabras del amor están entre dos gentes que no se dicen nada.
Hay que quemar también ese otro lenguaje lateral y subversivo del que ama. (Tú sabes cómo te digo que te quiero cuando digo: «qué calor hace», «dame agua», «¿sabes manejar?», «se hizo de noche»... Entre las gentes, a un lado de tus gentes y las mías, te he dicho «ya es tarde», y tú sabías que decía «te quiero»).
Una semana más para reunir todo el amor del tiempo. Para dártelo. Para que hagas con él lo que quieras: guardarlo, acariciarlo, tirarlo a la basura. No sirve, es cierto. Sólo quiero una semana para entender las cosas. Porque esto es muy parecido a estar saliendo de un manicomio para entrar a un panteón.

Jaime Sabines
Lamento decirte que ya nada queda.
Que yo no soy la misma y tú ya no eres.
Nada para mí, nada en esta cama, nada en mi pecho.