lunes, 24 de noviembre de 2008

Me acordé de una fecha

Recuerdo mi aliento entrecortado, tus piernas liadas a mi espalda.
Todavía soy capaz de sentir esa risa que me hacía cosquillas en la oreja, pensé que podría tener eso todas las madrugadas. Creí que el sudor que resbalaba por mi espalda escribía en mi piel la palabra amor.
Esperaba a que te durmieras para observarte y decirte suavemente que te quería. Pero un día me desperté y al intentar rozar tu hombro, tu estabas de pie en la ventana.

Yo decidí encerrarme, acurrucarme, porque supe que vivía de hipótesis, de alas que se queman al intentar acercarme al sol.
Aún sigo esperando poder desligarme del pasado y desenroscarme, no se cuanto tardaré...



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