Aquella noche, en el sillón quise ser tuya.
Que tus párpados me abrigaran, me abrazaran con las pestañas y me llevaran a un mundo de deseo y pasión.
Quise que tus manos se adentraran en mi interior, que tocaran puntos que ensalzaran mi feminidad. Sentirme como un instrumento, que sonara al ritmo de tus fantasías.
Me digiste, aquella noche, entre sudor y saliba, que estando conmigo nunca saldrias de mi
lunes, 17 de agosto de 2009
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