lunes, 1 de junio de 2009

Y allí volvías a estar tú.
Otro paisaje, otras vidas, otras manos, otro olor.

Volvieron tus caricias, tus suspiros al aire, tus mejillas sonrosadas.
Calor que hacía levantar mi falda, sudores frios que me hacian temblar.

Y allí volvía a estar tus labios, con otra tesitura y otro sabor; tu altura, tu cintura, tu lunar de la espalda, tu cómodo pecho.

Volvieron las palabras, que conocía al pie de la letra, el tararear de una canción, la blusa abierta, las piernas en la cintura.

Volvías, aunque yo maldecía ese momento, segundas oportunidades, cuerpos conocidos, sentimientos parecidos.

Dejavu

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