miércoles, 27 de mayo de 2009

Siempre tu dedo acusador se acababa enredando entre
la maraña de mis debilidades.

1 comentario:

janis dijo...

habrá que buscar un buen desenmarañador que nos desenmarañe esa maraña de debilidades enmarañada que tenemos que desenmarañar.

:)