jueves, 21 de mayo de 2009

La chica rubia de los tics, la que no se merecía canciones,
la que se parecía demasiado a tí. Ahora cuelve a creer en ella, puede que nunca dejara de hacerlo, pero no se veía con fuerzas de decírselo a sí misma.

No es que haya madurado, ni crecido, ni sentado la cabeza. La chica del pelo tricolor, sigue allí, detrás de la pupila, rasgándola para poder analizar la realidad.

Se ve merecedora de los sueños realizados, las sorpresas y las alegrías inesperadas.Por un momento, todos los esfuerzos que la almohada, entre susurros, le decía que no la iban a hacer daño, dieron su resultado.

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