lunes, 25 de mayo de 2009

Nunca preguntas como me encuentro,
ni realmente me miras mientras hablo.
Esperas a que sea yo quien actue,
quien determine la situación.

No sabes con que color me identifico,
ni el secreto que llevo bajo la piel.
No sabes como me gusta tomar el café,
ni la frase célebre que me describe.

Nunca quieres escuchar mis canciones,
ni leer mis versos.
No me pides que te acompañe,
y mucho menos te gusta que yo lo haga.

No reconoces mi olor,
ni te ries con mis gracias.
Me reprochas, ignoras y castigas;
no escuchas, ni admiras ni me desvistes.

No hay comentarios: