domingo, 19 de abril de 2009

Cuando no hay ni tiempo para llorar, la falsedad cubre tu rostro.
No se si me asusta más reirme por inercia o llorar hasta quedarme seca.

1 comentario:

campanilla dijo...

Helen... Escribes fenomenal... me han encantado tus textos....
de verdad, lo sentí a la altura del pecho.