martes, 24 de noviembre de 2009

A veces Matilde se pregunta por las voces que escucha en su cabeza.
Al principio pensaba que eran sus "yo" lejanos, aquellas vidas pasadas que dejaban su sabiduría. Más tarde se tachó de loca porque esas voces le daban datos erroneos que le hacian confiar y actuar para luego salir herida. Ahora las había comenzado a coger cariño, las hacía debatir, las cantaba nanas para que se durmieran mientras ella pensaba y recapacitaba. Pero un día una de las voces se rebeló, sonaba grave y acusatoria, fría y ajena. Se dio cuenta que en una ocasión había encerrado a una de ellas bajo llave por miedo a que le hiciera enamorarse, porque era la voz de su corazón. De tanto que se olvidó de ella, ésta había envejecido, de tanto darse tiempo.El tiempo pasó más deprisa de lo que esperaba.

El corazón se estaba quedando mudo

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