domingo, 22 de noviembre de 2009

Me gustaría odiarte por correspondencia y atreverme a poner el remitente.
Desearía presentarme en tu casa y decirte: "sí, soy yo la que por las noches, mientras sueñas, te llama desgarradoramente; la que abre la boca para que tus suspiros le quiten el alma".

Pero se nos pasó, se pasó el tiempo y las telarañas formaron mis huesos, mientras que el musgo empezó a decorar mis cabelleros dorados y la corteza que cubría mis debilitadas pasiones se hizo más dura. Me volví hueca y ya no te pude escribir cartas en las que, bajo todo ese odio, te quería a rabiar, tanto que mis llemas al creer tocarte se llenaron de llagas por rozar un amor tan puro.

1 comentario:

hojalata dijo...

buf!
desgarrador
eres una fiera!
muaaarrrg!