sábado, 6 de diciembre de 2008

Coraza

Se me derramó el agua encima de las palabras.
Todos mis pensamientos habían quedado borrosos, como si las lágrimas que no me atrevía a dejar caer por mis mejillas, hubieran inundiado mi cerebro.

Se suele decir que el que llora es débil, el que muestra sus sentimientos y no se muerde la lengua es un superviviente. Yo cuando quiero sobrevivir, primero, me escondo bajo las sábanas con una linterna, en busca de mi capacidad de reirme de mi misma. Creí tenerla, pero realmente la dejé abandonada el día que te permití entrar dentro de mí.

Ahora que quiero comenzar de nuevo, no se como desprenderme del traje de frialdad, me lo cosí en la piel. No se por qué lo hice, con el frío nunca llego a recapacitar.

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