Quise no hacer daño, pero mis manos rompieron civilizaciones.
Mis pies destruyeron bosques y derramaron mares.
El daño volvió a mí convertido en palabras.
Quise borrar mis actos, pero me obligué a mirar para delante.
Chevalley me dijo al odio "Algo debe cambiar para que todo sigal igual"
Y aquí estoy, con mis manos impregnadas otra vez de frases sin sentido,
para que alguien, aún más sin sentido, quiera leerlas.
viernes, 8 de enero de 2010
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