lunes, 2 de marzo de 2009

Hoy me desnudé lentamente, temblorosa, como si lo hiciera delante tuyo.
Me imaginaba tus ojos concentrados en mis pechos, tus manos dibujando la línea de mi espalda en el aire, tus labios anclados en mi ombligo como si allí residiera mi razón de existir.

Me miré en el espejo. En la habitación sonaba "Little Chat" y parecía una quinceañera nerviosa, imaginándome situaciones de amor que me hacían ruborizarme. Me toqué la cara, como si fuera nueva, como si solo existiera cuando tú me la delimitas con las llemas de tus dedos, y me repetía para mis adentros, solo soy yo porque tú me imaginas, porque existo para tí.

Y cada vez que pienso en tí, cad situación tiene una banda sonora, me imagino contonenando las caderas lentamente mientras el tirante del vestido comienza a deslizarse por mi hombro, mis piernas tiemblan y mis manos no saben que botón elegir para comenzar a sentirte realmente como quiero, sin disfraces, sin dificutades, ni barreras.

Y cada vez que giro y no te veo en la habitación, esta se hace más pequeña, y me embriago de momentos vividos, por si algún día tus manos ya deciden que mi cuerpo se quedó pequeño, que se desgastó y te sabes de memoria mis acentos, mis virtudes y mis defectos, mis curvas, mis inquietudes, mis sueños y mi visión de la vida. Y es que yo ya te avisé que no era especial...y ese miedo no se va de mi.

1 comentario:

pasaxeira dijo...

si lo eres, igual que él, igual que nadie, igual que todos

me gustó leerte, gracias