domingo, 26 de enero de 2014

No volveré a cometer el error de contar entre cuanta piel me perdí.
Tuve mi tiempo  de gloria en noches encubiertas por mañanas falseadas.

Sólo me falta remendar aquel parche que sujeta mi rodilla al frenesí.
Historias que no sé hasta donde pueden ser verdad y hasta yo misma me las creo.

No voy a mencionar cuánto sudor fue capaz de absorber mi cuerpo.
Ni voy a perseguir el drama de no saber el nombre de quién me acompaña hasta el portal.

Quizás mis codos, apegados a los muslos, no quieran despegarse de tanto sentimiento.
De idas  y venidas, de calor y más calor, de correr y salir entumecida.


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