jueves, 24 de noviembre de 2011

La luz estaba apagada. Las palabras dulces y tiernas comenzaron a reproducirse a escasos centímetros de sus bocas.
Entre beso y beso, sus cuerpo cada vez estaban más unidos.
Desnudos, sin muros, aquello era el paraíso.

Un suspiro y un par de palabras "mi chica"
¿De verdad? - insitió ella con voz temblorosa
- De verdad- aclaró él- y yo tu chico.
- ¿De verdad? - repitó incesantemente
- ¿Quiéres ser mi chica?
- Si

Y lo que allí sucedió es una bonita y tierna historia de alcoba que acaba de empezar.


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