Volviendo sola a casa me doy cuenta de que hace tiempo que no me bucas, ni me llamas, ni vuelves a casa mientras yo te espero despierta.
Creo que esta vez elegí la situación
jueves, 27 de enero de 2011
domingo, 16 de enero de 2011
Ella no tenía nombre. No le hacía falta. Se llamaba como él quisiera.
Se hacía llamar mano cuando él disfrutaba de sus caricias, boca cuando le besaba, orgasmo cuando llegaba el placer.
No necesitaba etiquetarse, era todas en una. La había buscado durante mucho tiempo y allí la encontró, entre las demás miradas. No tuvo que llamarla, ella le estaba esperando y no tuvo que presentarse, se conocía de otras vidas, otros cuerpos.
Se llamaba cuerpo, alma, mente. Era tan perfecta, tan sublime...el color del sol, el del rubí, el de la esmeralda.
Ella se entregó sin preguntar, sin quejas ni dramatismos. Un día ella se fué, como vino, se marchó sin despedirse, sin hablar sin casi respirar.
Él no supo pararla, no pudo llamarla en la oscuridad, en la noche, nunca supo su nombre.
Se hacía llamar mano cuando él disfrutaba de sus caricias, boca cuando le besaba, orgasmo cuando llegaba el placer.
No necesitaba etiquetarse, era todas en una. La había buscado durante mucho tiempo y allí la encontró, entre las demás miradas. No tuvo que llamarla, ella le estaba esperando y no tuvo que presentarse, se conocía de otras vidas, otros cuerpos.
Se llamaba cuerpo, alma, mente. Era tan perfecta, tan sublime...el color del sol, el del rubí, el de la esmeralda.
Ella se entregó sin preguntar, sin quejas ni dramatismos. Un día ella se fué, como vino, se marchó sin despedirse, sin hablar sin casi respirar.
Él no supo pararla, no pudo llamarla en la oscuridad, en la noche, nunca supo su nombre.
lunes, 10 de enero de 2011
A veces, cuando no puedo dormir intento reconstruir, paso a paso, nuestra historia de amor.
Puede que cambie algunas cosas, algunas frases, lugares, sentimiento; pero siempre con la misma esencia.
Puede que algún día, cuando todo vaya mal con otras personas, en otros lugares y en otros momentos compare nuestro amor y piense que toqué techo, que tú fuiste el amor de mi vida.
Mientras tanto, cada noche, reconstruyo nuestra historia de amor. Por si alguna vez cayera dormida tan profundamente que nunca más recordara lo que una vez fuimos.
Puede que cambie algunas cosas, algunas frases, lugares, sentimiento; pero siempre con la misma esencia.
Puede que algún día, cuando todo vaya mal con otras personas, en otros lugares y en otros momentos compare nuestro amor y piense que toqué techo, que tú fuiste el amor de mi vida.
Mientras tanto, cada noche, reconstruyo nuestra historia de amor. Por si alguna vez cayera dormida tan profundamente que nunca más recordara lo que una vez fuimos.
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