domingo, 16 de mayo de 2010

No tengo poder sobre tu decisión y un vértigo se adentra con rapidez por mi cuerpo. Me quedo muda y mis gritos son silencios en medio de los cambios ante los que no estoy preparada.

En realidad no concibo las cosas más allá del momento exacto en el que nos hicimos uno; no tengo Norte, no tengo fronteras y me aterran los muros. Esos que cayeron, como lo hizo la venda de mis ojos cuando me di cuenta de que no eramos un "nosotros" para tí.

Cada vez más lejos, más deprisa, más distantes.

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