El olvido es la suma de la memoria y el tiempo. Las raices del tiempo invertido en crear una memoria, una identidad se van enlazando con los sentimiento y los razonamientos.
El tiempo poco a poco va haciendo una lucha de titanes contra la memoria por borrarla.
Aquél tiempo invertido en tí, perdido en tí, regalado al aire me va consumiendo el minutero de mi confianza en amar.
Olvidar la memoria, perderla, recuperarla es una carrera de fondo que el hombre no ha podido completar. Si pierdo lo que he visto y vivido, pierdo mi identidad, mis ganas de encontrar un por qué que me haga afrontar la vida. Sin principio no hay final y sin final nada tiene sentido.
martes, 4 de mayo de 2010
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